Entre el 18 y el 22 de octubre de este año, el Banco Santander experimentó una serie de ciberataques de denegación de servicio (DDoS) que afectaron la disponibilidad de sus servicios en línea durante varios días.
Ante la magnitud de este ciberataque y el número de clientes afectados, el banco decidió tomar acciones legales, querellándose contra los responsables.
Más de 321 mil usuarios se vieron afectados por el ataque, especialmente el sábado 19 de octubre. Según la demanda presentada por el banco, los atacantes podrían haber buscado obtener beneficios económicos a través de extorsiones, multas o incluso motivaciones ideológicas
Consultados por el incidente, la empresa señaló que “dio aviso a la CMF, al Sernac y a los clientes para que estuvieran al tanto de lo ocurrido” y se “presentó la acción penal con el objeto de poder determinar la identidad de quienes han actuado en forma ilícita y se les aplique las sanciones que la ley establece”
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